Revista Nº 1
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Gracias, Maestro… Reproducimos la Editorial del 10/09/2009, Programa radial “Diálogos y Pensamientos”. Buenas tardes a todos. Ya vamos tomando más confianza y nos permitimos ciertas libertades con el fin de facilitar un mejor diálogo entre todos. La buena predisposición; el alejarnos de tensiones inútiles; el facilitar una mejor comprensión de la realidad, nos ayudará a caminar por estos senderos de construcción y de creatividad. No es fácil hacerlo. Como se dice vulgarmente, no todos los caminos conducen a Roma. Y acá, nos pasa lo mismo. No cualquiera puede atreverse a nuevas propuestas. No es algo natural y espontáneo transitar por ahí. Es un trabajo de esfuerzo; de atención; de esmero y de abnegación. Nos deberíamos “educar para eso”, y nos necesitamos mutuamente para crecer. Es un proceso de enseñanza y de aprendizaje. Es un proceso de búsqueda, donde aprendemos todos, pero que también hay adultos que conducen para lograr esta superación. Y esos adultos tienen nombre propio: EL MAESTRO. No cualquiera es un MAESTRO. En un tiempo, cuando vivíamos de una manera un poco distinta a la actual, uno decía MAESTRO a aquel que mostraba con su ejemplo, con su palabra clara o con sus silencios mucha sabiduría. No cualquiera podía recibir ese nombre. Era una persona con cierta personalidad, y que era respetado por todos los vecinos, ya que era el referente y el consejero. Experiencias muy parecidas las tuvimos en nuestra infancia cuando compartíamos nuestra vida escolar. Mañana recordaremos a NUESTROS MAESTROS – 11 de setiembre - . No es una fecha menor. Yo diría que es casi como la fecha de nuestro nacimiento. ¿Y por qué me atrevo a decir esto? Si nos ponemos a pensar juntos, y a entender la real función del maestro como guía y referente de nuestro crecimiento personal; y que en nuestra niñez, fue él que nos acompañó en todo el crecimiento, no solamente individual sino también social; estaríamos seguros en afirmar que él fue el que nos acompañó a vivir ese nuevo nacimiento, descubriéndonos como seres humanos que podemos amar y comprender; que la tolerancia es más fuerte que la enemistad; que la palabra bien dicha permite más cercanías que rechazos y odios. Por eso mismo, desde aquí queremos decir que estamos agradecidos de haber tenido a esos “maestros”. Como decía un filósofo, ellos son como las parteras que nos ayudan a mostrar lo oculto; a poner de manifiesto toda la riqueza que el ser humano tiene, y que algunas veces, por no estar educado debidamente, no se muestra su riqueza, su amor, su cariño, su afecto; o sus palabras de comprensión, de solución o de creatividad, de acuerdo a los problemas que van apareciendo. Pero hoy, además de homenajear a los maestros del pasado, también queremos felicitar a los que hoy están en plena actividad, en esa misma función y que la realizan con mucho esfuerzo. Cuando yo me preparaba para ser “Maestro Normal Nacional”, me decían mis formadores, el maestro es aquel que debe tener “corazón y razón”. Y es una gran verdad. El corazón te abre el camino al diálogo con los otros; y la razón, te permite la capacidad de discernir para encontrar la respuesta o el camino más adecuado para resolver un problema. No hay soluciones mágicas. Solamente se hace o nos hacemos con el ejemplo. Mucho podemos seguir diciendo sobre él, pero creo que el GRACIAS y el DESEO de seguir teniendo en la sociedad DOCENTES ABNEGADOS, que los hay y muchos, nos permitirá ver el camino de la “construcción y de la creatividad”, como decíamos al principio de esta editorial. Algunos piensan, que esto último que dije, es bastante utópico. Yo digo que no. Cuando uno mira al cielo, se puede quedar con las nubes que tapan el sol; o si no con el sol, que a la brevedad aparecerá, cuando se vayan esas nube. Lo que pasa es que los maestros nunca perdemos las esperanzas, porque sabemos que siempre estamos con la vida. Ayudamos a nacer. “No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo” Galileo Galilei Muchas felicidades a todos los docentes!! Marcos Fregosi
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Delesio Antonio Berni
nació en la ciudad de Rosario (Provincia de Santa Fe, República Argentina), el 14 de mayo de 1905. Su padre, Napoleón Berni, italiano de origen y sastre de profesión, fue uno de los tantos inmigrantes europeos que se instalaron en esa populosa e importante ciudad. Su madre se llamaba Margarita Picco, argentina de origen pero hija de italianos radicados en Roldán, un pueblo de la Provincia de Santa Fe que tendrá gran importancia en la vida de Berni. Berni era un hombre con gran sentido del humor y sentía una gran necesidad del mundo de los justos. Luchó por ello siempre, pero lo hizo con gran ternura y con un trasfondo casi épico. Se identificó y se integró a ese mundo del que nunca se desligó. El 13 de octubre de 1981, Antonio Berni dejaba este mundo. Unos días antes de su muerte, Berni en una entrevista decía: "El arte es una respuesta a la vida. Ser artista es emprender una manera riesgosa de vivir, es adoptar una de las mayores formas de libertad, es no hacer concesiones. En cuanto a la pintura es una forma de amor, de transmitir los años en arte." Algunas de sus obras:
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Revista Nº 2
Revista Nº 2
NOTA DE TAPA
Ya estamos en Primavera
Siempre la primavera nos invita a estar con más alegría. Será que el paisaje nos acompaña y eso facilita tener un buen humor. Si es así, bienvenida sea la primavera.
Más allá de este buen estado de ánimo que nos acompaña muy bien por ahora, vivimos acontecimientos que permanentemente nos hacen pensar. Creemos que no podemos quedarnos indiferentes; la realidad nos está invitando a protagonizar nuestras acciones.
Ya los antiguos filósofos griegos provocaban a pensar sobre el lugar – polis - donde el hombre podía o debía crecer y encontrar la felicidad. Aclaraban que no había otro lugar para vivir y vivir así. Tanto la vida individual como la colectiva propiciaban el intercambio de ideas y permitía la búsqueda incesante de acciones que favorecieran el crecimiento personal y social.
Una educación puramente individualista no se podía dar; había que estar con el otro y con los otros en un diálogo permanente buscando la palabra – el logos – que fuera la expresión más acabada de lo que se develaba. Ese proceso de descubrimiento que pedía la verdad – aletheia – obligaba éticamente a todos, a verse, a observarse y a acordar en común las buenas acciones.
Sin lugar a dudas, pensamos que es así, ya que la polis es el único lugar donde podemos crecer en democracia. Y esta se solidifica con el diálogo permanente en bien de todos los que formamos este espacio real.
Todos deseamos tener “igualdad” de oportunidades para crecer en la palabra y en la acción. Esta igualdad de oportunidades que debe ser una virtud, bien entendida como un hábito a construir, lo debemos intentar.
Desde este espacio virtual de la revista, invitamos a nuestros lectores a seguir en esta línea de encuentros y de acuerdos en bien de la felicidad que se vivencia en la polis que todos queremos sostener.
“Vemos que toda ciudad es una especie de asociación y que toda asociación se forma buscando algún beneficio, pues el hombre no hace nada que no mire como un bien. Todas las asociaciones se proponen, pues, el logro de una ventaja, sobre todo lo más importante de todo ello, puesto que su fin es el más importante y comprende en sí las demás asociaciones. Tal es la ciudad o asociación política”
La política de Aristóteles, Libro Primero, Capítulo Primero, 1.
Más allá de este buen estado de ánimo que nos acompaña muy bien por ahora, vivimos acontecimientos que permanentemente nos hacen pensar. Creemos que no podemos quedarnos indiferentes; la realidad nos está invitando a protagonizar nuestras acciones.
Ya los antiguos filósofos griegos provocaban a pensar sobre el lugar – polis - donde el hombre podía o debía crecer y encontrar la felicidad. Aclaraban que no había otro lugar para vivir y vivir así. Tanto la vida individual como la colectiva propiciaban el intercambio de ideas y permitía la búsqueda incesante de acciones que favorecieran el crecimiento personal y social.
Una educación puramente individualista no se podía dar; había que estar con el otro y con los otros en un diálogo permanente buscando la palabra – el logos – que fuera la expresión más acabada de lo que se develaba. Ese proceso de descubrimiento que pedía la verdad – aletheia – obligaba éticamente a todos, a verse, a observarse y a acordar en común las buenas acciones.
Sin lugar a dudas, pensamos que es así, ya que la polis es el único lugar donde podemos crecer en democracia. Y esta se solidifica con el diálogo permanente en bien de todos los que formamos este espacio real.
Todos deseamos tener “igualdad” de oportunidades para crecer en la palabra y en la acción. Esta igualdad de oportunidades que debe ser una virtud, bien entendida como un hábito a construir, lo debemos intentar.
Desde este espacio virtual de la revista, invitamos a nuestros lectores a seguir en esta línea de encuentros y de acuerdos en bien de la felicidad que se vivencia en la polis que todos queremos sostener.
“Vemos que toda ciudad es una especie de asociación y que toda asociación se forma buscando algún beneficio, pues el hombre no hace nada que no mire como un bien. Todas las asociaciones se proponen, pues, el logro de una ventaja, sobre todo lo más importante de todo ello, puesto que su fin es el más importante y comprende en sí las demás asociaciones. Tal es la ciudad o asociación política”
La política de Aristóteles, Libro Primero, Capítulo Primero, 1.
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MUSEO VIRTUALUn pintor con inquietudes sociales, Ricardo Carpani Ricardo Carpani nace en la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Tigre, el 11 de febrero de 1930. Desciende, como tantos otros argentinos, de inmigrantes de la comunidad piamontesa y francesa que arriban al país en la segunda mitad del siglo XIX. Su infancia transcurrió en Capilla del Señor, provincia de Buenos Aires.
Para 1936 su familia se trasladó a Buenos Aires, donde terminó sus estudios secundarios en el colegio Rivadavia.
En 1952 cuando regresa a la Argentina, después de estar algunos años en Europa, comienza a dibujar en el taller del maestro Emilio Pettorutti. Según Rafael Squirru, así pasará "un año de formación que lo marcó para el resto de su existencia".
Su inquietud por lo social y su compromiso con las clases populares, se reflejan en una obra donde predominan el tema de los desocupados, de los trabajadores, de los humildes además de un arte que defiende lo nacional.
Sus figuras son fuertes y sólidas y parecen "recortadas en piedras". En sus composiciones predomina la figura de hombres decididos, firmes.
Su artista más admirado, Miguel Angel, se refleja en su vocación por la forma del cuerpo humano. Un cuerpo con contextura fuerte, musculoso, centro de la imagen.
Con la reinstauración de la democracia en Argentina, Carpani vuelve a su país en 1984. Desarrolla una serie de retratos como los de Julio Cortázar, Rafael Alberto y Roberto Arlt. Comienza una serie de composiciones de la selva porteña donde se unen el arrabal, el tango y los cafés con el abundante paisaje tropical, con su vegetación y fieras salvajes.
Muere en Buenos Aires en 1997. Es uno de los grandes artistas plásticos de Argentina de toda su historia.
Para 1936 su familia se trasladó a Buenos Aires, donde terminó sus estudios secundarios en el colegio Rivadavia.
En 1952 cuando regresa a la Argentina, después de estar algunos años en Europa, comienza a dibujar en el taller del maestro Emilio Pettorutti. Según Rafael Squirru, así pasará "un año de formación que lo marcó para el resto de su existencia".
Su inquietud por lo social y su compromiso con las clases populares, se reflejan en una obra donde predominan el tema de los desocupados, de los trabajadores, de los humildes además de un arte que defiende lo nacional.
Sus figuras son fuertes y sólidas y parecen "recortadas en piedras". En sus composiciones predomina la figura de hombres decididos, firmes.
Su artista más admirado, Miguel Angel, se refleja en su vocación por la forma del cuerpo humano. Un cuerpo con contextura fuerte, musculoso, centro de la imagen.
Con la reinstauración de la democracia en Argentina, Carpani vuelve a su país en 1984. Desarrolla una serie de retratos como los de Julio Cortázar, Rafael Alberto y Roberto Arlt. Comienza una serie de composiciones de la selva porteña donde se unen el arrabal, el tango y los cafés con el abundante paisaje tropical, con su vegetación y fieras salvajes.
Muere en Buenos Aires en 1997. Es uno de los grandes artistas plásticos de Argentina de toda su historia.
